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jueves, 28 de diciembre de 2017

Santo Niños Inocentes



Fiesta de los Santos Inocentes, mártires

Epístola I de San Juan 1,5-10.2,1-2. 
La noticia que hemos oído de él y que nosotros les anunciamos, es esta: Dios es luz, y en él no hay tinieblas.
Si decimos que estamos en comunión con él y caminamos en las tinieblas, mentimos y no procedemos conforme a la verdad.
Pero si caminamos en la luz, como el mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad.
Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, les he escrito estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos un defensor ante el Padre: Jesucristo, el Justo.
El es la Víctima propiciatoria por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Salmo 124(123),2-3.4-5.7b-8. 
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando los hombres se alzaron contra nosotros,
nos habrían devorado vivos.
Cuando ardió su furor contra nosotros,

las aguas nos habrían inundado,
un torrente nos habría sumergido,
nos habrían sumergido las aguas turbulentas.
de la trampa del cazador

Nuestra ayuda está en el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.

Evangelio según San Mateo 2,13-18. 
Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo". 
José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. 
Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: Desde Egipto llamé a mi hijo. 
Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los magos le habían indicado. 
Así se cumplió lo que había sido anunciado por el profeta Jeremías: 
En Ramá se oyó una voz, hubo lágrimas y gemidos: es Raquel, que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya no existen. 

Fuente:
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=readings&localdate=20171228

jueves, 14 de diciembre de 2017

¡El que tenga oídos, que oiga!"



Jueves de la segunda semana de Adviento



Libro de Isaías 41,13-20. 
Yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: "No temas, yo vengo en tu ayuda".
Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel.
Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo.
Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos,
para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.

Salmo 145(144),1.9.10-11.12-13ab. 
Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.


Evangelio según San Mateo 11,11-15. 
Jesús dijo a la multitud:
"Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo.
Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.
Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!" 

Madre de Cielo: Nuestra Señora de Alba Royale, Hungría (1005)

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sábado, 2 de diciembre de 2017

San Habacuc (A.T.)

San Habacuc (A.T.)




San Habacuc, santo del AT
Conmemoración de san Habacuc, profeta, el cual, ante la iniquidad y violencia de los hombres, anunció el juicio de Dios, pero también su misericordia, diciendo: «El justo vivirá por su fe».
Dicen que cuando el filósofo Heidegger debía introducir a sus alumnos en el pensamiento de uno de los grandes filósofos, no comenzaba como solemos hacer, contando a grandes rasgos la biografía, sino solamente «nació y murió, y escribió... tales y tales ... obras», para que sus alumnos no perdieran de vista que lo que debemos valorar en un escritor es su escrito, y no las circunstancias personales que lo llevaron a escribirlo. No sé yo si esta anécdota es cierta o sólo una leyenda urbana, pero el gran pensador alemán hubiera estado muy a gusto haciendo la hagiografía de los doce profetas menores, de los cuales apenas podemos decir «nació, murió, y escribió el libro que lleva su nombre».
De Habacuc sólo puede deducirse, por indicios internos del libro, que pronunció sus oráculos en relación a los acontecimientos que ocurrían en Judá entre el 605, victoria de Nabucodonosor el Grande que se alza con el poder en Oriente Medio, y el primer asedio de Jerusalén, en 597, diez años antes de la destrucción del templo por obra del mismo rey. Es, por tanto, contemporáneo de Jeremías. Jerusalén está sumida en el pecado, en el abandono de la fidelidad a Yahvé, en la idolatría; el hombre religioso espera la llegada del castigo divino, sabe que no faltará, pero ¿cómo es posible que Dios castigue el mal de los suyos por medio de pueblos aun más pecadores que el propio Judá? ¿Qué enigma es éste del mal en la historia, de un Dios que ni se va del todo, ni termina de aparecer? Habacuc plantea a Dios, con toda reverencia pero sin concesiones, el misterio del mal en la historia; su librito, de apenas tres capítulos, contiene las preguntas y, con la autoridad del propio Yahvé, lo que puede decir el profeta en Su nombre. Notemos que estamos más de un siglo antes del libro bíblico que se ha hecho clásico por plantear rigurosamente este tema, el de Job.
Los tres capítulos de Habacuc saben a poco, es verdad, una vez hecha la pregunta por el misterio del mal en la historia, desearíamos que Dios «se suelte a hablar» más largamente de lo que lo hace, pero a pesar de su brevedad, podemos decir que es un libro perfectamente estructurado y bellamente escrito, rasgo que -a diferencia de lo que ocurre en otros libros de la Biblia- se sigue notando incluso en las traducciones. El libro consta de dos quejas del profeta, seguidas cada una de ellas de una respuesta -oráculo- por parte de Dios, luego una serie de invectivas contra los males del mundo, y todo ello cierra con un extenso salmo que bien pronto se integró en la liturgia, primero judía y luego también en la cristiana: lo rezamos en las Laudes del viernes de la segunda semana del salterio.
Sin embargo lo que los estudiosos coinciden en que podría llamarse el resumen del mensaje profético de Habacuc está contenido en una sola frase, pero que ha tenido una larga trayectoria en el mundo de la fe, especialmente la nuestra; en efecto, dice Habacuc 2,4:
«He aquí que sucumbe quien no tiene el alma recta,
más el justo por su fidelidad vivirá.»
Todos reconocemos en ese versículo cómo sus palabras han calado hondo en nuestra fe a través de la cita que hace de ellas san Pablo en Romanos 1,17. Entre Habacuc y san Pablo ha pasado Cristo, y lo que podía llamar «justo» Habacuc y lo que san Pablo entiende por «justo» se ha profundizado. Ciertamente que la frase «el justo vivirá por la fe» en el contexto de la Carta a los Romanos tiene unas resonancias que no tiene aun en Habacuc, pero eso no implica no reconocer en el profeta una voz del Antiguo Testamento que ya reclama, claramente, una revelación inaudita de Dios, algo que venga a «dar vuelta» la historia, tal como dirá en su salmo final:

Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra.
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto, acuérdate de la misericordia.

El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder. (3,2-4)


Fuente:
http://evangeliodeldia.org/main.php?language=SP&module=saintfeast&localdate=20171202&id=18457&fd=0

viernes, 24 de noviembre de 2017

“¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!



Primer Libro de Crónicas 29,10.11abc.11d-12a.12bcd. 
Después David bendijo al Señor en presencia de toda la asamblea, diciendo: 
“¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!
Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; 
porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra. 

Tuyo, Señor, es el reino; 
tú te elevas por encima de todo. 
De ti proceden la riqueza y la gloria; 
tú lo gobiernas todo, 

en tu mano están el poder y la fuerza, 
y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas. 

martes, 14 de noviembre de 2017

'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.»



Libro de la Sabiduría 2,23-24.3,1-9. 
Dios creó al hombre para que fuera incorruptible y lo hizo a imagen de su propia naturaleza, 
pero por la envidia del demonio entró la muerte en el mundo, y los que pertenecen a él tienen que padecerla. 
Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún tormento. 
A los ojos de los insensatos parecían muertos; su partida de este mundo fue considerada una desgracia 
y su alejamiento de nosotros, una completa destrucción; pero ellos están en paz. 
A los ojos de los hombres, ellos fueron castigados, pero su esperanza estaba colmada de inmortalidad. 
Por una leve corrección, recibirán grandes beneficios, porque Dios los puso a prueba y los encontró dignos de él. 
Los probó como oro en el crisol y los aceptó como un holocausto. 
Por eso brillarán cuando Dios los visite, y se extenderán como chispas por los rastrojos. 
Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para siempre. 
Los que confían en él comprenderán la verdad y los que le son fieles permanecerán junto a él en el amor. Porque la gracia y la misericordia son para sus elegidos. 

Salmo 34(33),2-3.16-17.18-19. 
Bendeciré al Señor en todo tiempo, 
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor: 
que lo oigan los humildes y se alegren.

Los ojos del Señor miran al justo 
y sus oídos escuchan su clamor;
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal 
para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando ellos claman, el Señor los escucha 
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre 
y salva a los que están abatidos.


Evangelio según San Lucas 17,7-10. 
El Señor dijó: 
«Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'? 
¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'? 
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.» 

domingo, 5 de noviembre de 2017

Nuestra Señora de Damietta, Egipto, (1220)

Nuestra Señora Maria Auxiliadora

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Servidores de Todos - el que se humilla será ensalzado

Libro de Malaquías 1,14b.2,1-2b.8-10.  ¡Maldito sea el tramposo que tiene un animal macho en su rebaño, lo ofrece en voto y después sacrifica al Señor uno mutilado! Porque yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones.  ¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes!  Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición y maldeciré sus bendiciones; ya las he maldecido, porque ustedes no se deciden a hacer eso.  Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos.  Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley.  ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres?   Salmo 131(130),1.2.3.  Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor,  ni mis ojos se han vuelto altaneros.  No he pretendido grandes cosas  ni he tenido aspiraciones desmedidas.  No, yo aplaco y modero mis deseos:  como un niño tranquilo en brazos de su madre,  así está mi alma dentro de mí.  Espere Israel en el Señor,  desde ahora y para siempre.    Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2,7b-9.13.  Si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer. Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos.  Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos.  Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga.  Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen.   Evangelio según San Mateo 23,1-12.  Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: "Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;  ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen.  Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo.  Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos;  les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,  ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente.  En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos.  A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial.  No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías.  Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros,  porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".



Libro de Malaquías 1,14b.2,1-2b.8-10. 
¡Maldito sea el tramposo que tiene un animal macho en su rebaño, lo ofrece en voto y después sacrifica al Señor uno mutilado! Porque yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones. 
¡Y ahora, para ustedes es esta advertencia, sacerdotes! 
Si no escuchan y no se deciden a dar gloria a mi Nombre, dice el Señor de los ejércitos, yo enviaré sobre ustedes la maldición y maldeciré sus bendiciones; ya las he maldecido, porque ustedes no se deciden a hacer eso. 
Pero ustedes se han desviado del camino, han hecho tropezar a muchos con su doctrina, han pervertido la alianza con Leví, dice el Señor de los ejércitos. 
Por eso yo los he hecho despreciables y viles para todo el pueblo, porque ustedes no siguen mis caminos y hacen acepción de personas al aplicar la Ley. 
¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos ha creado un solo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando así la alianza de nuestros padres? 

Salmo 131(130),1.2.3. 
Mi corazón no se ha ensoberbecido, Señor, 
ni mis ojos se han vuelto altaneros. 
No he pretendido grandes cosas 
ni he tenido aspiraciones desmedidas.

No, yo aplaco y modero mis deseos: 
como un niño tranquilo en brazos de su madre, 
así está mi alma dentro de mí.

Espere Israel en el Señor, 
desde ahora y para siempre.



Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses 2,7b-9.13. 
Si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer. Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. 
Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos. 
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. 
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. 

Evangelio según San Mateo 23,1-12. 
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos:
"Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; 
ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. 
Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. 
Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; 
les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, 
ser saludados en las plazas y oírse llamar 'mi maestro' por la gente. 
En cuanto a ustedes, no se hagan llamar 'maestro', porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. 
A nadie en el mundo llamen 'padre', porque no tienen sino uno, el Padre celestial. 
No se dejen llamar tampoco 'doctores', porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. 
Que el más grande de entre ustedes se haga servidor de los otros, 
porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado". 

Milagros Fernandez 584129907527

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